La importancia de la Responsabilidad Social Corporativa en entidades del Tercer Sector: un enfoque integral

12.02.2024


En un mundo donde la sostenibilidad y la ética se han convertido en pilares fundamentales para el desarrollo y funcionamiento de organizaciones, el Tercer Sector no es una excepción. La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y los criterios ESG (Environmental, Social, and Governance) son conceptos que, aunque tradicionalmente vinculados a empresas privadas, están cobrando creciente importancia en el ámbito de las entidades sin ánimo de lucro. Estas organizaciones, que incluyen ONG, fundaciones y asociaciones, juegan un papel crucial en el desarrollo social y económico, y la adopción de prácticas de RSC y ESG les permite maximizar su impacto positivo.




La RSC nació para englobar todos los aspectos del comportamiento responsable de una entidad. Inicialmente, se aplicaba principalmente en grandes empresas, pero con el tiempo, ha permeado a otros sectores, incluyendo el Tercer Sector. La RSC se ha convertido en un punto de encuentro entre entidades empresariales y del Tercer Sector, no solo como un medio de financiación, sino como una colaboración mutua para el desarrollo y especialización de estas organizaciones.


Las empresas han evolucionado de un modelo meramente filantrópico hacia un papel más activo en el desarrollo social, trabajando junto al Tercer Sector para impulsar cambios significativos. Sin embargo, es crucial reflexionar sobre cómo las propias entidades del Tercer Sector deben ser responsables socialmente, más allá de su misión de mejorar diversos aspectos de la sociedad.


La Necesidad de la RSC y ESG en el Tercer Sector ¿por qué?


Más que una Misión Social:

- Aunque las entidades del Tercer Sector trabajan sin ánimo de lucro para el bien común, esto no garantiza automáticamente que sean socialmente responsables. La RSC y ESG requieren una gestión cuidadosa de los recursos, un comportamiento ambientalmente responsable, y una ética y transparencia en la gestión económica.

Tendemos a pensar que  por el hecho de hacer una tarea sin ánimo de lucro y "por el bien común" ya se es socialmente responsable, pero esto no es así.

La Responsabilidad Social va mucho más allá de las acciones o resultados directos y/o indirectos del modelo de trabajo de la entidad, sea cual sea (intervención, sensibilización, participación, etc). Supone una correcta gestión de recursos, un comportamiento ambiental respetuoso con el medio, una ética y una transparencia en la gestión económica, una correcta gestión de personas (y esta vertiente es anchísima, desde la conciliación, hasta los salarios dignos o los planes de desarrollo profesional), y en muchos casos un acto de coherencia con la misión, la visión y los valores propios de las entidades, como por ejemplo:


  • Una correcta gestión de los recursos humanos y materiales es fundamental. Esto incluye desde la conciliación laboral y salarios dignos hasta planes de desarrollo profesional para los empleados.
  • La Transparencia y Gobernanza. Las entidades deben operar con transparencia financiera y buenas prácticas de gobernanza para mantener la confianza de sus donantes y beneficiarios.

  • Sostenibilidad Ambiental, implementando prácticas que minimicen el impacto ambiental es esencial, no solo en operaciones internas, sino también en los proyectos y servicios ofrecidos.


Desafíos y Oportunidades


Aunque muchas entidades del Tercer Sector enfrentan limitaciones de capacidad, recursos, y dependencia de financiación externa, la tendencia está cambiando. Las nuevas corrientes de RSC y ESG promueven la responsabilidad social en todos los niveles, desde individuos hasta organizaciones complejas, fomentando la colaboración entre diversos agentes para maximizar el impacto positivo.


Cada vez más, las entidades del Tercer Sector están desarrollando planes de RSC que abarcan todos los ámbitos de desarrollo, estableciendo objetivos claros a corto, medio y largo plazo.


La integración de la RSC y los criterios ESG en el Tercer Sector es esencial para su sostenibilidad y efectividad a largo plazo. Al adoptar estas prácticas, no solo mejoran su impacto social, sino que también fortalecen su legitimidad y capacidad para atraer recursos. En última instancia, una entidad del Tercer Sector verdaderamente responsable debe ser un modelo de comportamiento ético y sostenible, contribuyendo al bienestar global de manera coherente y efectiva.


Desde Consultoría en el IDDS damos asesoramiento y apoyo técnico tanto a entidades empresariales, como la administración y al tercer sector para el desarrollo de su Responsabilidad Social, en el convencimiento de que un país tiene que ser responsable socialmente en su conjunto, desde cada ciudadano hasta cada una de las formas de agruparse socialmente o profesional que este tiene.